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  Puntals Dels Llops


       
El Poblado ibérico del Puntal dels Llops es un asentamiento del siglo V a. C. ubicado en una de las estribaciones meridionales de la Sierra Calderona. Está situado en nuestro término municipal, en la cumbre de un promontorio a 427 m sobre el nivel del mar y a más de 150 m sobre el llano, con amplia visibilidad sobre el territorio del Campo de Turia y el corredor del Barranco de Carraixet que da paso al norte.

El asentamiento ostenta una muralla y una torre que lo definen como una pequeña fortaleza de 960 metros cuadrados. Junto a otras similares formó parte del sistema defensivo y de vigilancia del territorio de la ciudad de Edeta (edetanos) y está considerado uno de los mejores ejemplos de atalaya de época ibérica. La estructura interna del poblado es sencilla y funcional: se trata de un conjunto de 17 habitaciones que se abren a una calle central que recorre longitudinalmente todo el asentamiento.

Una de las atalayas que defendía la ciudad Íbera de Edeta y que ha sido excavada y estudiada además de restaurada, es la de 'El Puntal dels Llops', con sus murallas y la fuerte torre que lo guarda. Este lugar es también uno de los mejores miradores que hay sobre el Camp de Túria y también es uno de los pocos lugares de donde es posible ver los tres pueblos del Valle: Olocau, Marines Viejo y Gátova.

Reconstrucción del Puntal dels Llops
Reconstrucción del Puntal dels Llops

Esta construcción, nos muestra un poblamiento primitivo de la época del Bronce y después una nueva construcción con unas nuevas técnicas que responden al momento de esplendor de los iberos. Esta segunda etapa finaliza con un incendio y destrucción, la cual podría corresponder a la Segunda Guerra Púnica (219-201 AC), como demuestran las excavaciones, que abre estas tierras a la ocupación de los romanos. Construido sobre un poblado del Bronce, aprovecha la muralla de este y la refuerza con una torre, que sirve de control a la única entrada del recinto, de unos 1.000 m2. Está ordenado con una calle central, a un lado las viviendas de la derecha, que presentaban pocos restos debido a su poca profundidad, y a la izquierda, y apoyados en la muralla, las viviendas con más restos y mejor conservados. Por los objetos encontrados, una de estas viviendas seguramente hacía las funciones de santuario y otras estaban dedicados a las actividades de tejer, moler grano, extracción de minerales como la plata y el plomo y a la vida doméstica.

Plano Puntal Dels Llops
Las casas de 'El Puntal dels Llops', algunas de ellas apoyadas a la misma muralla a la cual le daban más altura, representan el primer rastro de vivienda humana en nuestro pueblo. Estas casas tenían las cubiertas formadas por un entramado de ramas y barro, se orientaban hacia un lado y contaban con palos de madera como elemento de apoyo. Los muros se levantaban sobre un zócalo de piedras, completado con 'atacona' de barro. La piedra, la madera y el barro eran los materiales de base. Las puertas, de un metro de ancho, se abren al muro de la fachada. Las llaves de hierro encontradas demuestran la existencia de un trabajo especializado de forja aplicado a la construcción. Los muros se enlucen, se encalan y pueden pintarse de tonos negros, azulones, rojizos o con motivos geométricos. Los bloques de piedra están ligeramente desbastados y solamente los ángulos de los muros de la torre muestran una elaboración más cuidadosa.

Llave de una casa del Puntal dels Llops
El repertorio de objetos recuperados son principalmente restos cerámicos, junto con objetos de metal y hueso. La cerámica la podemos agrupar en tres grandes grupos: recipientes para guardar líquidos, utensilios y artículos de cocina o vajilla; y en tercer lugar, los objetos de culto, como pebeteros para quemar sustancias aromáticas, ex-votos como el 'guttus' en forma de pie, hecho para recordar un beneficio recibido, que colgaban a la pared de una capilla o templo y un 'kernos', que es un tipo de vaso en forma de animal y que indica que los iberos llevaban a cabo libaciones de un líquido, normalmente vino, leche o miel, en honor de los dioses. También se encontraron dos pebeteros o vasos de ofrendas, que representan a la diosa de la vida, de la fecundidad y del más allá, Tanit o Dèmeter. Entre los siglos IV y II *aC, la imagen de esta diosa se fabrica en versión culta y popular.

Molino Ibérico
kernos
Guttus en forma de pie
Demèter o Tanit
El Puntal del Llops ya fue catalogado a principios del siglo XX por el Servicio de Investigación Prehistórica (S.I.P.) como un despoblado eneolítico e ibérico. Fue excavado por Helena Bonet Rosado y Consuelo Mata Parreño entre los años 1978 y 1988, con el respaldo científico y la financiación del S.I.P. Durante estas intervenciones se documentó, además de los restos del poblado ibérico, un asentamiento previo de la Edad del Bronce.

En 1988 se emprendió un proyecto pionero en la Comunidad Valenciana consistente en la consolidación de las estructuras de mampostería de los departamentos, murallas y torre, bajo la dirección del Museo de Prehistoria de Valencia y la financiación del Ministerio de Cultura y la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia. Desde entonces el S.I.P. lleva a cabo anualmente labores de mantenimiento y limpieza de las estructuras y los accesos.
El poblado es fácilmente defendible por su ubicación, junto a un escarpe, y debido también a los recintos amurallados que lo circundan y a la torre, que ocupa la parte más elevada de la cima. Presenta una superposición de dos murallas. La muralla exterior, que defiende la entrada y delimita un espacio no habitado, está construida con grandes bloques de piedra en el pequeño tramo en que se conserva. La interior, de menos de un metro de anchura, delimitaba el área habitable. A ella se adosa una gran torre cuadrada de dos cuerpos superpuestos construidos con piedra trabada con tierra. Desde esta torre se controlan obviamente los accesos desde el norte, aunque su función principal es la de ser puesto de vigilancia y comunicación con otros fortines con los que forma un red de control y delimitación del territorio. La entrada al espacio habitado se realiza a través de un estrecho corredor en codo que discurre en ángulo recto entre la pared este de la torre y el escarpe de la montaña.
Los elementos principales en la organización del asentamiento son la torre ya citada y la calle que atraviesa el yacimiento de norte a sur. Esta última es un espacio de tránsito, un corredor, que sirve como distribuidor de los espacios internos, aunque los objetos y los restos de hogares aquí hallados indican que fue también una zona en la que se realizaron actividades cotidianas. Los 17 departamentos en que se divide el poblado se distribuyen a ambos lados de ella y presentan unas dimensiones que oscilan entre 12 y 21 metros cuadrados, con grados de conservación diferente según las zonas. Los situados al oeste tienden a presentar una mayor amplitud y su suelo se haya entre 50 cm y 1 m por debajo del nivel de la calle, a diferencia de los del este, con suelos al mismo nivel que la calle.

Los departamentos estaban separados por muros medianeros y se dispusieron adosados a la fachada interior de la muralla. Los cimientos de mampuestos, hoy visibles, se completaban con alzados de adobe. Todas las paredes estaban enlucidas y encaladas. Los suelos eran de tierra apisonada o endurecida, aunque hubo esteras de esparto, como la hallada en el departamento 1. Los techos eran planos a modo de terraza, construidos con un entramado de vigas y rollizos de madera y una cubierta vegetal, de cañizo o romero, que sostenía una gruesa capa de tierra. Las escaleras de piedra conservadas y adosadas a algunas fachadas indican que existieron pisos elevados en los departamentos 1, 3, 8, 11 y 13.

Los departamentos tenían puertas de madera de un batiente que abrían hacia la calle. Se supone que algunas podrían tener cerraduras, también de madera, que no se han conservado pero que se conocen bien por las llaves de hierro encontradas. Estas llaves son similares a las utilizadas actualmente en pueblos de la serranía valenciana y en otras zonas mediterráneas.
El poblado fue residencia de un aristócrata militar ecuestre que formaba parte de la élite social edetana al que acompañan sus parientes y servidores. El equipo militar de este caballero fue hallado en el departamento 4. Se trata del ajuar de un jinete que comprende los arreos de un caballo: un bocado, acicates y pasarriendas, además de objetos de adorno personal como fíbulas, hebillas y botones, entre otros elementos.

El Puntal es, en conjunto, una gran unidad doméstica en la que vivieron unas 30 personas. Los departamentos no equivalen a casas entendidas como viviendas unifamiliares porque las unidades domésticas y las actividades cotidianas, culturales, artesanales y de almacenaje están organizadas entre varios de ellos de forma complementaria. Así, algunos son espacios residenciales pero otros no. Además, en todos ellos se llevaron a cabo actividades variadas que los convierten en espacios multifuncionales.

Algunos de los habitantes del poblado estaban dedicados a las labores de vigilancia y defensa propias de estos fortines, pero las labores agropecuarias, mineras y artesanales ocupaban gran parte de la jornada para toda la comunidad.

Las herramientas agrícolas (legones, podones, hoces, hachas y azuelas), las tinajas y ánforas destinadas al almacenamiento de productos agrarios y los molinos revelan la importancia de la agricultura basada en el cultivo de cereales, vid y árboles frutales (olivos, almendros e higueras). La abundancia de restos de cabras, ovejas y cerdos nos indica que la ganadería también era importante en la economía, bien para la obtención de carne, leche o productos derivados como cuero o lana. También abundan los restos de piezas de caza consumidas, principalmente ciervos. Otra fuente de carne fueron los bóvidos, si bien estos no se criaban específicamente para este fin, sino como bestias de tiro, sacrificándose al final de su vida útil.

La miel debió ser un recurso valorado por sus cualidades nutritivas y edulcorantes, y explotado en cierta medida como indican las colmenas halladas en varios de los departamentos, y posiblemente ubicadas sobre las cubiertas de las casas.

Pebetero con forma de cabeza de la diosa Deméter/Tanit. Siglo III a. C. Puntal dels Llops. Las concentraciones de cerámica de cocina y vajilla de mesa, los molinos y los hogares, y los hallazgos de quemaperfumes o figuras de terracota en algunos de los departamentos, revelan la existencia de actividades domésticas cotidianas tan diversas como las culinarias o las prácticas rituales. Destacan por su calidad y relevancia las piezas de ajuar de mesa de barniz negro importadas de ámbitos áticos o itálicos y los pebeteros votivos representando a la diosa Deméter/Tanit.

Entre las actividades artesanales destaca el tejido asociado a las pesas de telar que denotan la existencia de telares verticales, y a fusayolas, asociadas a las prácticas de hilado. Además se explotaron minerales del entorno inmediato del asentamiento. La metalurgia también ocupó, pues, un lugar importante entre las actividades económicas del fortín, como se deduce de la presencia de lingotes de hierro, y hornos para obtener plata a partir de minerales de plomo según el proceso conocido como copelación.
  1. Existe un programa de visitas guiadas gratuitas por parte del Ayuntamiento de Olocau y la Diputación de Valencia. Dichas visitas se deben reservar con antelación contactando con la Oficina de Turismo local (miércoles a domingo, de 10 a 14h. 672794404 – puntal.llops@olocau.es). Siempre que sea posible se recomienda hacer uso de ellas.

  2. El acceso al yacimiento es libre, pero siempre supeditado a la existencia de dichas visitas organizadas. Los guías municipales tienen potestad para limitar puntualmente el número de personas en su interior. La carga máxima del yacimiento no debe superar las 45 personas.

  3. La visita a nivel particular no está regulada. En cambio, los grupos escolares, asociaciones culturales, deportivas o de otro tipo deben ir acompañadas siempre de uno de los guías del ayuntamiento, cuando se realice dentro del horario establecido (miércoles a domingo, de 10 a 14h). Si de forma extraordinaria se realiza fuera de este horario, se debe notificar con antelación a la Oficina de Turismo, indicando el número de visitantes.

  4. No está permitida la visita organizada por parte de asociaciones o empresas con ánimo de lucro si no cuentan con autorización expresa del Ayuntamiento de Olocau. En el caso de contar con permiso, su horario debe ser diferente al de los guías oficiales.

  5. La movilidad dentro del poblado debe ser siempre a pie. Queda prohibida la entrada con cualquier tipo de vehículo (bicicleta, moto, quad, etc.).

  6. Se deben recoger todos los desperdicios derivados de la visita al yacimiento, ya que el lugar no cuenta con papeleras debido a su difícil acceso. Los contenedores más cercanos están situados al lado del cementerio municipal.

  7. Está totalmente prohibido subirse a los muros, murallas y la torre del poblado, ya que se pone en peligro tanto la conservación de las estructuras arqueológicas como la integridad de las propias personas. Del mismo modo, está prohibido deteriorarlas de la forma que sea, así como recoger materiales arqueológicos y/o geológicos en superficie.

  8. No se puede hacer fuego ni dentro del poblado ni en sus inmediaciones.

  9. Se recomienda no transitar por el perímetro exterior de la muralla, ya que existe riesgo de desprendimientos al no ser el terreno firme.

  10. Los perros han de ir atados en el yacimiento. Los propietarios se harán cargo de los restos que generen en el recinto del poblado y durante la ruta.

  11. Click aquí para descargar las normas en pdf.
Información Visitas Guiadas

Las visitas guiadas son gratuitas y se pueden concertar con antelación a través de:

  • 672 794 404. Miércoles a Domingo. De 10:00 a 14:00.
  • puntal.llops@olocau.es
  • Oficina de Turismo de Olocau.
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